lunes, 23 de junio de 2008

1.

El bus. Otra vez. Cosa de todos los días. Hoy me subí feliz. Fue un día prendido. Si esa es la palabra. La desmotivación con la cual empecé el día y acarree durante toda la semana, ya casi desaparece. Me gustan los buses nuevos de la capital, aunque vayan llenos. Me pongo los fonos, un largo camino. Suena la misma música de toda la semana, y de casi todas las semanas, el mp4 me transformó. El discman es arcaico, el peso lo indica, pero me gusta. Nota: cuando sienta algo, algo así como el instinto y me diga: “no, no te lo devolverá”, le crees, nunca subestimes el ELLO, te extraño discman.

No sé porque me mira, es extraño, es una mirada perdida. El joven, que va a mi derecha (al decir joven, me siento de 80, aunque solo tengo 20) tiene un aspecto de cansancio, de mediocridad, de…de…¿falta de entusiasmo?.

El tío (ahora me siento español) que no para de mirarme, tiene buen aspecto, a pesar de su trabajo en comida rápida, de lo que me doy cuenta por la gran M en su trasero. Si, era obvio, el trasero y el “paquete”, son como las pechugas para los heteros, te llaman, es inevitable no agachar la mirada. No, no le andas viendo el paquete a todo el mundo, como no le andas viendo las tetas a todas las minas, solo a las ricas.

El tío-que-me-mira, ahora de ves en cuando, mi diferencia y mi cara de perro rabioso espantan a cualquiera, coquetea con el tipo-de-la-derecha y se acerca, aunque el bus no va completamente lleno. El tío…lleva en la mano un helado, con la otra se afirma. Con la mano del helado, roza el bulto frontal del tipo…constantemente. El tipo…se incomoda. Se aleja un poco. El tío…es insistente. El tipo cambia de posición. El tío se aburre. A mi me atrae, a pesar de que trabaja en un local de comida rápida y mi mirada de perro rabioso y mi indeferencia lo espanten. Lo miro, corresponde mis miradas. Me acomodo. El tío…ahora roza su mano con la mía, llevamos la mano en el mismo fierro. Levanta su dedo meñique. Me mira. Lo miro. Corro la mano. Con la mano del helado, roza mi miembro. Se endurece. Dos paraderos así. Me gusta. Me gusta el contacto físico. Tocan el timbre. Se baja. Todo acaba ahí. Desperdicio de oportunidades. Si. Algo en contra del sexo casual. No. Falta de agallas, si. Valía la pena…no…no lo sé.

Miro por la ventana, ya no se ve, pienso. Miro al tipo…se aleja por el pasillo del bus. Le comenta algo a alguien. No escucho, los fonos. Supongo que dirá algo como: “el loco que se bajo es terrible, fleto, me iba puro manoseando”. Me mira. Lo miro de reojo, sabe que “soy de los mismos”, no le importa. A mi tampoco. Se nota a la legua que no le van los tíos. Y aunque así fuera no me interesa.



Bueno el titulo es un clasico...jaja....menos mal que no le puse sin titulo, demasiado trillado...esto lo escribi hace como dos años...

no mas como tres

cuando iba en segundo...

antes de perder 2 amigos de maneras inexplicables

antes de entender que tenia una familia cosmica

antes de destruir mi grupo de amigos por weas sexuales...es decir de irme de la tribu...ellos siguen juntos

antes de conocer a un GIL en similares circunstancias, cuando escribia continuamente

antes de saber que no necesito a nadie

y que siempre lo he sabido

creo que nadie necesita a nadie...es solo la falta de soberania, el miedo a la muerte....el amor no existe...es solo una invencion para sentir que tiene todo sentido...aunque por que tendria que tenerlo??


1 comentario:

► golondrina dijo...

Me gustó la forma de decirlo,
nunca se leen roces gay.. y leerlo de tus dedos fue piola, me gustó!


te quiero mucho!
te amooooooooooooo :)